lunes, 2 de junio de 2014

Bodegón Portada

     Seguimos con los bodegones!
     En esta ocasión he tratado de realizar bodegones para un ilustrar las portadas de dos libros: Momo (Michel Ende) y Hamlet (William Shakespeare). 

     Comenzando con el de Momo he tratado de hace un homenaje a uno de mis personajes favoritos: Beppo Barrendero. Para ello he fotografiado una escoba tradicional (aunque en el libro no se describe, según recuerdo, cómo es la escoba de Beppo). En un principio realicé bastantes tomas en la calle, con luz natural y un reflector, teniendo como fondo una pared de ladrillo y un suelo clásico. Sin embargo, el resultado no me atrajo demasiado. Por este motivo y recordando las portadas de Estrada que vimos durante El Exprimidor, decidí optar por un sencillo fondo blanco. De este modo la atención se centra por completo en la escoba. La composición es simétrica, aportando estatismo a la portada. Para el acabado de la portada me fijé en una ya publicada, aunque desconozco la editorial. Aquí dejo el resultado:


     Y seguimos con la obra del Poeta Inmortal: Hamlet. Tenía claro que quería huir del típico cráneo del bufón, así como de papel antiguo, sangre o una daga. Y del mismo modo quería recurrir a un elemento crucial en la trama: el veneno. Me hice con una copa de acabado plateado (aunque la copa de la obra es de oro y seguramente de mayor esplendor). Los materiales que empleé para este bodegón son variados:

     - Fondo blanco.          - Reflector.          - Trípode.          - Disparador.          - Copa.          - Plastilina.
     - Jabón (veneno)         - Pinzas.              - Palo de pinchito.                            - Mesa.

     Así a primera vista puede resultar un poco raro pero todo tiene su porqué. Colgué el fondo blanco con ayuda de pinzas de la ropa detrás de la mesa y lo dejé caer sobre ella de forma suave. Otros fondos más (son hules blancos) sirvieron para ocultarme yo y otras partes de la casa en los reflejos de la copa. La propia copa quedaba mejor inclinada, vertiendo el contenido sobre la mesa. Para mantenerla en esa posición utilicé el palillo de pinchitos y la plastilina, intentando que molestasen lo menos posible y siempre teniendo en cuenta la dirección y calidad de la luz (natural en nuestro caso e indirecta). Una vez que todo estaba situado, el enfoque en el sitio preciso y la luz medida, vertí el jabón de manos en el interior de la copa hasta hacer un pequeño charco. Justo antes de que rebosase, ocupé mi posición y vertí un poco más. Al momento cayeron las primeras gotas y pude realizar las tomas necesarias. 
     Una vez fotografiada la copa en esta posición realicé otra fotografía sin ningún elemento: solo para el charco que hubiese dejado el veneno al derramarse. Más tarde con Phosothop monté las dos imágenes, apliqué los ajustes correspondientes y realicé la portada. Esta es la imagen final: 


ACTUALIZADO: He decidido probar cómo quedaría la imagen con la copa dorada. Aunque el dorado a través de Photoshop no me atrae demasiado no me disgusta el resultado en esta imagen y por ello la dejo aquí:




Nos vemos!



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