domingo, 15 de junio de 2014

Bodegón Autorretrato

     Y terminando con la serie de bodegones dejo el bodegón de autorretrato. El objetivo del ejercicio es realizar un bodegón a partir del cual nuestros compañeros puedan vernos identificados. 

     Para mi fotografía me basé en la imagen de un compañero: Laín de Macías. Situé distintos elementos relacionados con el videojuego Zelda sobre un fondo blanco y realicé una toma cenital. La luz es natural y proviene de una ventana situada en la parte superior del encuadre, como puede verse por las sombras suaves arrojadas. Se produce a su vez un degradado en el fondo de forma diagonal.

Esta es la imagen final:

     
     Solo queda que pase la prueba de los compañeros para ver si aciertan el nombre del autor ;)


Nos vemos!!


viernes, 13 de junio de 2014

Bodegón-Portada Cuentos de Cortázar

     Y llegamos al final de los bodegones para portadas. En esta ocasión se trata de dos bodegones para ilustrar las portadas de dos cuentos de Julio Cortázar. Los cuentos seleccionados son "Historia" y "Lucas, sus pudores".
La iluminación es natural, usando relleno en algún caso. Son portadas de aspecto sencillo, como en el caso de las portadas de Hamlet y Momo que ya subí, siguiendo el estilo de Manuel Estrada.

     En primer lugar presento la portada para "Lucas, sus pudores". Sin ánimo de desvelar ningún dato interesante animo a buscar el cuento en cuestión y leerlo con tranquilidad (éste y los demás!, son muy recomendables).


He seleccionado una tipografía para el título parecida, si no igual, a la de la editorial Alfaguara, para dar más unidad a la imagen. Además, he añadido la firma del escritor para rematar el tercio inferior de la portada. El fondo es neutro para resaltar el tono del papel y evitar la confusión. 
La luz es natural y proviene de la derecha, de una ventana. Añadí un pequeño relleno con reflector por la izquierda.

     La siguiente portada corresponde al cuento "Historia". Se trata de un párrafo que narra una historia a modo de bucle. Quise reflejar en la portada esa sensación de "vuelta a empezar" y mantener un nexo más directo con la historia en sí. Por ese motivo presento la siguiente imagen. 


     El fondo blanco en este caso el fondo es más claro. Realicé 4 fotografías de una llave y las monté con Photoshop. Es importante el contar con 4 imágenes distintas, girando la llave en cada toma. De este modo nos aseguramos que la luz se mantenga en el mismo lado, perfilando la llave de forma distintas en cada caso. Si se toma únicamente una fotografía con la intención de duplicarla y girarla, la luz resultante sería confusa. 
Con esta llave múltiple que se asemeja a las aspas de un molino quiero reflejar esa naturaleza de bucle del cuento, con una historia que gira una y otra vez hasta que el lector decide parar. 
De nuevo incorporo la misma tipografía, la editorial y la firma del autor, manteniendo así la unidad entre las dos portadas. 

     Y hasta aquí los cuentos de Julio Cortázar. De nuevo animo a quien no los haya leído que los disfrute con calma. 

Nos vemos!!


Bodegón de Luz Natural

     Siguiendo con los bodegones dejo los de luz natural. He intentado mantener el concepto de serie, por lo que he seleccionado para este ejercicio objetos de mi casa con cierta antigüedad: una plancha de hierro, un reloj de cuerda y una lámpara de mina.
He utilizado un punto de vista bajo para ensalzar un tanto estos objetos que, si bien ahora están en desuso, en su momento resultaron útiles, incluso indispensables. 
El encuadre es vertical para seguir la forma de los objetos, poder acercarme y mostrarlos con más detalle.
El fondo blanco, de un material reflectante, ayuda a crear degradados o manchas de luz para dar cierta vida a la imagen. Aún así, preferí mantenerlo blanco y aséptico, basándome en cierto modo la estética de Miyako Ishiuchi. 




     Resultaría interesante recopilar una serie de estos objetos añadiendo una breve historia de su procedencia y cómo acabaron dónde están. Ya tengo tarea para el verano :)

Nos vemos!






lunes, 9 de junio de 2014

Relatos y Procesos

         El jueves 5 de junio de 2014 nos acercamos a “A Pie de Calle” para disfrutar de la inauguración de Relatos y Procesos, una exposición colectiva de la mano de Ana Cantalapiedra, Carmela Martín, Mario Montoya, Lucas Gómez, Paula Cabrera y David Vico. Puede leerse una breve descripción de sus trayectorias en la web de la propia sala: http://apiedecallesevilla.es/actividades/exposicion-relatos-y-procesos-en-a-pie-de-calle/

Si bien el aparcamiento por esa zona de Triana se hizo difícil el lugar se abría al público invitando a la entrada. Las imágenes se mostraban de un modo sencillo, centrando la atención en la propia presentación y en el contenido de la obra. La sala amplia y acondicionada permitía un visionado tranquilo y lejos del calor del exterior. Añadido esto a la buena compañía, la bebida y el picoteo, hizo la visita un momento de disfrute, reencuentro y aprendizaje
Y es que si hay algo mejor que ver el trabajo de un buen artista es que ese artista sea, o vaya a ser, nuestra profesora, o profesor. Ayuda ver cómo lo que estamos aprendiendo realmente se aplica al mundo exterior, tomando forma y ejemplo en una figuras de referencias.

Cada uno de los artistas mencionados presentó una serie fotográfica, acompañada en algunos casos de objetos tridimensionales. Nos llamó la atención, no solo el sencillo modo de presentación, sino la distribución de las imágenes: algunas series se desarrollaban en vertical, otras en horizontal y otras combinaban direcciones. En concreto, la obra que más nos atrajo, quizás por la cercanía al autor o por el contenido en sí de las piezas, fueron las imágenes de Ana Cantalapiedra que hacían referencia a su abuela. La sensibilidad hacia el retrato se unía con el tratamiento de las imágenes sencillo pero con gran carga emocional.




Como conclusión, destacamos el buen espacio de la sala, a estos autores y animamos, a quien no lo haya hecho ya, a echar un ojo a sus trabajos en “A Pie de Calle” (hasta el 2 de julio se mantendrá la exposición).


Nos vemos!!


Bodegón Encontrado

     Continuando con el tema, pasamos a los bodegones encontrados. 
     Me fijé en una pequeña zona de patio por la que paso a diario. Al medio día, la luz reflejada del edificio de enfrente se filtra por una cristalera y me llamó la atención la forma en que incidía en unos antiguos maceteros de piedra. Intentando trabajar este tipo de bodegones desde el punto de vista de la serie, seleccioné 3 de ellas, dos en interior y una en exterior, con la idea de presentarlas a modo de tríptico. Así, las dos verticales pueden flanquear al macetero más ancho y que se encuadra en el formato horizontal. Intenté mantener el encuadre y tamaño en todas las tomas, si bien en la horizontal, debido a su posición (y a la imposibilidad de yo intervenir para mantener el concepto de "encontrado") me vi necesitado de usar un gran angular (para las otras empleé un 50 mm fijo).

     Estas son las fotografías de mis bodegones encontrados:





Y así quedarían presentadas juntas:


Nos vemos!!




lunes, 2 de junio de 2014

Bodegón Portada

     Seguimos con los bodegones!
     En esta ocasión he tratado de realizar bodegones para un ilustrar las portadas de dos libros: Momo (Michel Ende) y Hamlet (William Shakespeare). 

     Comenzando con el de Momo he tratado de hace un homenaje a uno de mis personajes favoritos: Beppo Barrendero. Para ello he fotografiado una escoba tradicional (aunque en el libro no se describe, según recuerdo, cómo es la escoba de Beppo). En un principio realicé bastantes tomas en la calle, con luz natural y un reflector, teniendo como fondo una pared de ladrillo y un suelo clásico. Sin embargo, el resultado no me atrajo demasiado. Por este motivo y recordando las portadas de Estrada que vimos durante El Exprimidor, decidí optar por un sencillo fondo blanco. De este modo la atención se centra por completo en la escoba. La composición es simétrica, aportando estatismo a la portada. Para el acabado de la portada me fijé en una ya publicada, aunque desconozco la editorial. Aquí dejo el resultado:


     Y seguimos con la obra del Poeta Inmortal: Hamlet. Tenía claro que quería huir del típico cráneo del bufón, así como de papel antiguo, sangre o una daga. Y del mismo modo quería recurrir a un elemento crucial en la trama: el veneno. Me hice con una copa de acabado plateado (aunque la copa de la obra es de oro y seguramente de mayor esplendor). Los materiales que empleé para este bodegón son variados:

     - Fondo blanco.          - Reflector.          - Trípode.          - Disparador.          - Copa.          - Plastilina.
     - Jabón (veneno)         - Pinzas.              - Palo de pinchito.                            - Mesa.

     Así a primera vista puede resultar un poco raro pero todo tiene su porqué. Colgué el fondo blanco con ayuda de pinzas de la ropa detrás de la mesa y lo dejé caer sobre ella de forma suave. Otros fondos más (son hules blancos) sirvieron para ocultarme yo y otras partes de la casa en los reflejos de la copa. La propia copa quedaba mejor inclinada, vertiendo el contenido sobre la mesa. Para mantenerla en esa posición utilicé el palillo de pinchitos y la plastilina, intentando que molestasen lo menos posible y siempre teniendo en cuenta la dirección y calidad de la luz (natural en nuestro caso e indirecta). Una vez que todo estaba situado, el enfoque en el sitio preciso y la luz medida, vertí el jabón de manos en el interior de la copa hasta hacer un pequeño charco. Justo antes de que rebosase, ocupé mi posición y vertí un poco más. Al momento cayeron las primeras gotas y pude realizar las tomas necesarias. 
     Una vez fotografiada la copa en esta posición realicé otra fotografía sin ningún elemento: solo para el charco que hubiese dejado el veneno al derramarse. Más tarde con Phosothop monté las dos imágenes, apliqué los ajustes correspondientes y realicé la portada. Esta es la imagen final: 


ACTUALIZADO: He decidido probar cómo quedaría la imagen con la copa dorada. Aunque el dorado a través de Photoshop no me atrae demasiado no me disgusta el resultado en esta imagen y por ello la dejo aquí:




Nos vemos!



Tato Olivas-Pájaros de Papel

        Dejamos aquí una pequeña reseña sobre la presentación del libro de Tato Olivas "Párajos de Papel". Si bien no se trata de una exposición ni de una de las salas de exposición recogidas en el listado del curso, decidí escribir sobre ello porque me pareció importante el poder hablar directamente con el autor sobre su obra, su discurso, su forma de trabajar, de ver la fotografía, etc.        

         El pasado miércoles 28 de mayo de 2014 asistimos a la presentación del libro Pájaros de Papel, de Tato Olivas. El acto tuvo lugar en la sede de Diagonal 3, donde se pudo disfrutar de la proyección de las imágenes incluidas en la publicación y de una charla posterior con el autor. Tato Olivas es conocido por las muchas fotografías que tomó durante todos los años que trabajó en el mundo del flamenco, entre las que destacan los planos detalle. Trabaja con fotografía argéntica en blanco y negro.


Pájaros de Papel establece una relación entre el trabajo con distancia y la planificación del autor antes, durante y después de la toma de las fotografías. Con sinceridad y cercanía Tato Olivas explicaba cómo llegaba a ver la función de una determinada fotografía, de forma consciente o inconsciente, bien en el momento anterior a la toma, bien en una planificación anterior. Y este es el punto importante de esta publicación: Pájaros de Papel es una recopilación ordenada de fotografías tomadas en distintos años, lugares, ambientes, etc. Lo que en un principio podría tomarse como una serie de imágenes aleatorias cobran significado tras una reflexión posterior (al visualizarlas juntas después de bastante tiempo), tras la presentación enfrentada en parejas, narrando pequeñas historias independientes y una mayor en todo el conjunto. El título de la obra hace referencia a un fragmento de un poema de Vicente Aleixandre: “Un pájaro de papel en el pecho dice que el tiempo de los besos no ha llegado”. El hecho de que la primera imagen del libro contemple una estatua quebrada de Clío, la Diosa de la Historia, también dice mucho sobre cual será el contenido.


Tato Olivas habla en su obra sobre lo que los retratados son, la situación en que viven, lo que hubieran deseado llegar a ser o una vez fueron. Y plantea una advertencia o reflexión que transmite al espectador la idea de que, en cualquier momento de su vida, por un motivo u otro, podría verse en una situación similar. La presencia del nombre y apellido de cada sujeto fotografiado bajo su imagen establece una mayor cercanía, un reconocimiento a la persona y una lectura distinta.


El hecho de poder visualizar las imágenes y comentarlas con el propio autor de manera distendida y amena permite obtener, por parte del espectador una mayor amplitud de miras, mejor comprensión del trabajo, consciencia de las dificultades de las tomas, contemplación de un método de trabajo distinto, etc. Un detalle importante que nos llamó la atención fue el hecho de que Tato Olivas afirmó que trabajaba con fotografía argéntica en todos los sentidos. Es decir, que cuando tenía que organizar sus fotografías, imprimía copias en menor tamaño y las situaba en el suelo, moviéndolas de un lado a otro mientras mantenía una visión general de todo. El hecho de poder tocar tus imágenes, manipularlas físicamente, trasladarlas, anotar en ellas detalles importantes, etc.

Como apreciación personal debemos comentar que esta obra en concreto (desconocíamos el resto de su trabajo) despertó en nosotros un deseo aún mayor del que ahora tenemos sobre trabajar con este tipo de fotografía. La era digital, si bien democratiza la fotografía también construye, en cierta medida, un muro entre el fotógrafo y su obra si no se anda con cuidado. La transparencia y honestidad con que Olivas habló de su obra, su discurso (cuestionando si había conseguido transmitir o no lo que quería realmente) y sus métodos de trabajo, dejaron constancia de que uno puede disfrutar y ganarse la vida con la fotografía a base de trabajar duro y no caer en el camino.

Nos vemos!!