miércoles, 27 de noviembre de 2013

Guillermo Pérez Villalta


      Fue la mañana del 12 de Octubre de 2013 cuando acudimos al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo para visitar la exposición de Guillermo Pérez Villalta. El CAAC se sitúa en el Monasterio de la Cartuja, quedando una de sus entradas frente a la Pasarela de la Cartuja. Como dato adicional debemos mencionar, para los bolsillos más sensibles, que la entrada es gratuita los sábados.

Guillermo Pérez Villalta nació en Cádiz en 1948. Debe saberse que, ya sea por la importancia sentimental o por la importancia de la pieza en su carrera como artista, Pérez Villalta conserva un gran número de sus obras en propiedad. En Souvenir de la Vida deja pasar al espectador a este rinconcito privado para mostrar estas piezas que tanta importancia tienen para él. Pérez Villalta no se limita a una técnica o soporte. Trabaja pinturas, dibujos y esculturas con la misma fuerza que lo hace en el terreno de la arquitectura. Presenta también distintos elementos de su vida íntima, tales como documentos y objetos personales.

El CAAC puede parecer un laberinto a primera vista y para el ojo nuevo. Ese fue nuestro caso personal. Hacía años que por desgracia no pisaba aquellas salas y cuando llegué a hacerlo nunca fui consciente del verdadero espacio que abarca. Así que cuando aterrizamos allí la mañana del sábado casi nos vemos desbordados por tantas cosas para ver. Sin embargo, la disposición ordenada de las piezas facilita la comprensión total de la obra del autor sin que llegue a producirse un exceso de información en el espectador. Vemos las piezas ordenadas por técnicas y por las etapas de su vida en las distintas salas.  


                Lo que más nos llamó la atención fue una obra titulada Meditaciones Metafísicas, de 1964 (la cuál no he encontrado en Internet). Se trata de una pintura al óleo sobre madera con unas dimensiones de 100x145 centímetros. Las texturas y relieves supusieron elementos llamativos para nuestro ojo que, al ver la pieza más detenidamente, fue descubriendo los pequeños detalles que la componían en su totalidad. Sí es cierto que, debido a la gran cantidad de obras que se exponían, si bien no se produce ese exceso de información que mencionábamos, sí podía resultar un tanto pesado y repetitivo en ciertas ocasiones (las menos, eso sí).

                La exposición de Pérez Villalta fue un viaje a su vida personal y a la trayectoria de su carrera. Algunas partes nos hacían incluso rememorar nuestra propia infancia, como sucedió con la zona en la que el autor presentaba algunos de sus juguetes. La sensación que captamos es la de un autor que ha trabajado durante toda su carrera como artista, haciendo lo que más le apetecía en cada momento y con la técnica que más gratificante le era. Esto, claro está, son nuestras deducciones personales.


                Concluiremos diciendo que, en resumen, se trata de una exposición larga pero no densa. Una exposición para disfrutar de los detalles y donde cada uno puede encontrar un rincón de la vida del autor en el que se sienta más cómodo: en las acuarelas, la escultura, el óleo, etc. La ambientación del CAAC hace que, además de disfrutar de la obra de Pérez Villalta, podamos recrearnos en los edificios y la decoración del Monasterio de la Cartuja.

En el siguiente enlace de la página del CAAC podemos ver más información sobre el autor y su obra, así como descargar documentos informativos sobre los mismos: http://www.caac.es/programa/gpv13/frame.htm

Nos vemos!


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